Todas las prótesis mamarias tienen una cubierta externa de cicatriz que las protegen. Cuando se colocan, el cuerpo reconoce la prótesis como un cuerpo extraño y crea una barrera muy potente que rodea el implante. Cuando se produce la rotura de prótesis y la silicona alcanza el exterior, se encuentra con esta barrera que es una defensa muy importante, a esto se le denomina rotura intracapsular, que es la que se produce en la inmensa mayoría de los casos.
Cuando se produce la rotura de prótesis mamaria intracapsular, el contenido de la prótesis permanece dentro del tejido de cicatrización que se genera en torno al implante, un factor que implica un menor riesgo ya que el relleno de la prótesis apenas entra en contacto con los tejidos de nuestro organismo.
Si esperamos mucho tiempo en realizar el recambio de prótesis, lo que puede suceder es que la silicona traspase esta cápsula protectora, convirtiéndose en una ruptura extracapsular cuya consecuencia es la expansión del relleno de la prótesis mamaria hacia otras zonas del cuerpo.