Con el desarrollo de las nuevas y cada vez más modernas tecnologías que disponemos actualmente, cada vez más, se imponen los tratamientos que son «menos agresivos pero más efectivos».
Hace ya 17 años, en mi primer congreso en Nueva York sobre rejuvenecimiento quirúrgico facial, rodeado de los mejores cirujanos plásticos de EEUU, observé cambios de cara realmente impresionantes. Nunca pensé que esas transformaciones en la cara podrían obtenerse. Eso sí, la cirugía era muy delicada y arriesgada, y el tiempo de recuperación un poco largo.
Con el paso del tiempo, y en los congresos más recientes, he podido observar a esos mismos cirujanos realizando técnicas más sencillas, de recuperación muchísimo más rápida, de resultado muy satisfactorio y caras más naturales.
Ahora la tendencia en estética es otra, se tensa la piel de una forma suave mediante tratamientos poco invasivos como los hilos tensores, inyectables o grasa del propio paciente. Podemos dar volumen a la cola de la ceja, hundimientos de ojos, al pómulo, ángulo de la mandíbula e incluso a los labios.
Conseguimos de esta forma, un rostro rejuvenecido y totalmente natural. Pero sobre todo sin cicatrices y de recuperación casi instantánea.
Einstein decía ‘a veces uno más uno es más que dos’.
Este principio se utiliza en la cirugía estética, un tratamiento que tensa la piel suavemente más un tratamiento que aporta volumen suavemente es mucho más efectivo y menos agresivos que un Lifting facial o estiramiento de la piel.